Hubert de Givenchy

Leyenda de la Alta Costura

 

Fan, de Hubert de Givenchy siempre me he sentido fan.

 

 

Givenchy sostenía que una mujer no estaba completa hasta que su atuendo a look no era debidamente completado con todos los accesorios que lo hacían sublime, y otorgaba una especial atención ante una esmerada elección de las joyas a lucir.

 

 

No puedo sentirme más acorde con este pensamiento de quién para mí, fué,  es y será uno de los más grandes.

En 2014 aquellos que siempre hemos admirado su obra tuvimos la oportunidad de asistir a su exposición en Madrid. Estar delante de aquellas creaciones únicas que durante tantos años admiré en la pequeña pantalla era algo maravilloso.

Y aunque siempre tuvo como referente a Balenciaga, de quien decía que se lo había enseñado todo (ya que todo buen maestro nunca se guarda nada en él tintero). Y  aunque nunca trabajaron juntos, Givenchy supo traspasar la influencia del gran Balenciaga y plasmar su propia personalidad en su obra de una forma incuestionable.

Eso mismo fue lo que él mismo Hubert sugirió a Ricardo Tisci cuando se hizo cargo de la dirección artística de la Maison, le dijo que hiciese lo que hiciese nunca dejase de ser él mismo.

No siendo una gran entendida en el arte de la costura, tan sólo una mera aficionada,  no quería dejar pasar esta oportunidad de rendir mi pequeño homenaje a quien siempre fue referente para mí y otras muchas personas que como yo, y casi sin quererlo buscamos la belleza de aquello que se muestra ante nosotros.

Desde luego resulta  difícil hablar de Givenchy sin que la imagen de Audey Hepburn atraviese nuestra mente. Fue en  ‘Desayuno con Diamantes’, ‘Una cara con angel’, ‘Charada’… y otras tantas donde el binomio perfecto Givenchy- Hepburn no pasaba desapercibido.

Ella siempre dijo que los vestidos de Gyvenchy era con los únicos en que se sentía ella misma.

Para mí la verdadera elegancia siempre debe ir acompañada de una buena dosis de personalidad, algo  que nunca escaseo en el gran Givenchy.

Su legado, maravilloso.

Su sello,  elegancia en esencia pura.

 

 

Merci Hubert.

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